
A fin de cuentas, él era el único que podía acceder directamente a las revelaciones del Supremo. En la composición que leímos en clase se expresa con optimismo el fuerte impulso místico por el que era movido el faraón.
Esta composición se considera una obra magistral de la literatura religiosa, no hay ninguna que se le parezca ni se pueda comparar con ella. Es un precioso texto de alabanza en el que encontramos numerosos recursos literarios como son las numerosas personificaciones con las que se refieren al Sol.
En la foto que he incluido podemos ver una representación en la que sale Akénaton y su familia alumbrados por el Sol al que dirige posteriormente los versos de este Himno.
Emma
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