Celia

Emma Sierra

domingo, 27 de noviembre de 2016

La belleza por fuera y... ¡por dentro!

El mismo día que trataron el texto de Séneca en clase sobre el que ya he hablado antes, también leyeron 'El Banquete' de Platón y 'Antígona', aunque lo necesario era únicamente hablar de uno de estos 3 temas, a mi me pareció muy interesante la redacción de la belleza que nos pidió la profe relacionada con este texto. Así que aquí os dejo la mía.

La belleza. Palabra cuanto menos subjetiva, abstracta. Puede ser que  nadie comparta mi opinión, o que lo haga mucha gente, porque como he dicho, es algo completamente SUBJETIVO. Hay gente que únicamente entiende la belleza como lo que pueden captar nuestros ojos, y en ciertoa parte lo es. Aunque no existe un modelo de lo que es 100% bello a vista de todos y de lo que no lo es. Puede ser que a mí me parezca precioso algo que a ojos de otra gente es horrible, todo puede suceder. También puede ser que yo no encuentre la belleza en algo que es considerado una obra de arte. Pero hoy no quiero hablar de esto, no quiero hablar de cuadros ni de objetos. Hoy quiero hablar de personas y de la belleza personal interior de cada uno. 
Porque bien es sabido que podemos tener un cuerpo muy normativo, muy adaptado a lo que la sociedad de hoy en día estipula como políticamente correcto, pero a la vez podemos estar podridos por dentro, ser horribles personas y no ser capaz de realizar ni una sola buena acción. También puede ocurrir lo contrario, que nuestro cuerpo no sea lo más aceptado en la sociedad de hoy en día, pero si lo sea nuestra mente. Y esto es lo que de verdad nos debería preocupar, porque un cuerpo bonito ¿cuánto durará? ¿30 años? ¿quizá 4o o 50? y después ¿QUÉ? Después lo único que será verdaderamente importante es tu mente ¿no? Comprobar si esos años de vida te han servido para conseguir algo de provecho o si únicamente has subsistido gracias a una cara bonita. Y por qué tenemos que esperar hasta ser ancianos para preocuparnos de esto.Por qué no desde jóvenes, o más bien, desde niños, nos comenzamos a preocupar de cultivar nuestra mente y hacer más ''visible'' nuestra belleza interior. 
Ojalá este pensamiento estuviese más extendido, porque es una pena que esto solo vaya a quedar en palabras.


Emma

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