En esta
entrada, dado a que estamos en Literatura Universal, me voy a centrar en los
movimientos literarios de la vanguardia.
Los movimientos vanguardistas se iniciaron en Europa en
torno a la Primera Guerra Mundial y triunfaron en los felices años veinte,
extendiéndose su influencia hasta 1936. Progresivamente se observa un alejamiento
de la realidad y aquella deshumanización del arte diagnosticada por Ortega. La
exploración estética y la búsqueda de nuevas formas que alcanzarán una
intensidad entusiasta.
LAS VANGUARDIAS EUROPEAS
-El
Futurismo: Apareció en 1909 promovido por Marinetti. Exalta la civilización
mecánica y la técnica. Los futuristas rompen con la sintaxis para dejar “las
palabras en libertad” y prescindir del adjetivo y el adverbio. Su postura
rompedora hace que lleguen a sustituir los signos de puntuación por signos
matemáticos.
-El
Cubismo: Apareció en 1913 gracias a Guillaume Apollinaire y a otros poetas
franceses. Se propone descomponer la realidad para proceder a composiciones
libres de conceptos, imágenes o franceses.
-El
Dadaísmo: Surge en 1916, encabezado por Tristán Tzara. Este movimiento es
la rebeldía pura: contra la lógica, contra las convenciones estéticas o
sociales, contra el sentido común. Propugna liberar la fantasía de cada
individuo, superar todas las inhibiciones y recurrir a un lenguaje incoherente.
-El
Surrealismo: Es el movimiento de vanguardia que apareció gracias a André
Bretón. Su objetivo fundamental era que el autor fuera capaz de liberar su
expresión. Defiende la escritura automática, sin el imperativo de las normas de
la razón, sin puntuación y sin la sintaxis lógica que nosotros entendemos.
LA VANGUARDIA EN ESPAÑA
-Ultraísmo: El primer movimiento de la
vanguardia española aparece en 1919. Su nombre, indica voluntad de ir más allá
que todos. Pretendía dar una mayor importancia a la imagen y a la metáfora,
suprimiendo la anécdota, lo narrativo y el exceso retórico. El principal
promotor del Ultraísmo fue Guillermo de Torre.
-Creacionismo:
Fue iniciado en París por el poeta chileno Vicente Huidobro y el francés Pierre
Reverdy. En 1918 Vicente Huidobro viene a España y lo da a conocer aquí.
Consideraba que el poema debía ser un objeto autónomo que no imite ni traduzca
la realidad, que sea “creación”. La imagen no se basará en la comparación entre
dos realidades semejantes, sino que las imágenes se aproximan a través de una
relación arbitraria que el poeta “crea” en ellas.
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